Deja enfriar la comida ya cocinada antes de congelarla (no más de una hora). Los cambios de temperatura alteran sus propiedades. Además, estaría exponiendo a altas temperaturas a otros alimentos ya congelados.
Recuerda que las propiedades nutritivas de los alimentos se pierden con cambios bruscos de temperatura. Congela sólo los alimentos de calidad y frescura. No conviene contaminar lo que está en el refrigerador.
Si el alimento se congela crudo, mejor. Duran menos aquéllos que ya hayan sido manipulados y expuestos a otras superficies.
Los recipientes y envoltorios deben ser herméticos, para así evitar el contacto con el aire, la pérdida de líquido y el contacto con otros agentes contaminantes. Asegúrete de que sean resistentes a bajas temperaturas, o podrían estallar dentro del refrigerador.
Cuanto más rápido congeles el alimento, mejor. Así que al llegar a casa con la compra empieza a organizar primero lo que vayas a congelar.
Un alimento no debe tener más de tres meses de congelación. Menos si se trata de mariscos, carnes ya picadas y condimentadas.
A tener en cuenta a la hora de congelar
- Procura congelar sólo los alimentos que sepas que son difíciles de encontrar en el supermercado; de lo contrario opta por productos frescos.
- No congeles muchos alimentos a la vez, y mantenlos al menos 15 días.
- Etiqueta los alimentos con identificación y fecha de congelación.
- Si sufres un corte eléctrico, mantén el congelador apagado.
- Mantén la higiene en el congelador.
Los
patógenos que comúnmente se reproducen en temperaturas de congelación son
Listeria monocytogenes,
Yersinia enterocolitica y Aeromonas hydrophila. Se encuentran en los
productos cárnicos, especialmente si están al vacío o si se trata de cerdo. Son también propensos los quesos, mariscos y pescados. La higiene en su conservación es ineludible.
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